Y la cabeza rodó y rodó (al parecer).

Posted on 18 julio, 2008. Filed under: Yaotzin Botello -Berlín | Etiquetas: , , , |

Por Yaotzin Botello / Berlín

Hitler fue decapitado.

Incluso por ahí un político alemán del partido sociodemócrata hizo la broma al decir que por fin había habido un atentado fructuoso contra el dictador nazista.

Un solo detalle: el dictador era un muñeco de cera.

Hitler había sido presentado como una atracción turística en el museo de cera Madame Tussauds, que acababa de inaugurar su sede en Berlín. El museo tiene una larga tradición en hacer muñecos de cera que se extiende a la Revolución Francesa, cuando se inmortalizó a algunos de los decapitados.

Pareciera que alguien quería volver al origen del museo, pero era más bien una venganza contra Hitler. Pura y simple venganza contra el dictador. Ni Bush, ni Sarkozy ni Michael Jackson perdieron ninguna parte de sus cuerpos.

Resulta que a más de 60 años de terminada la Segunda Guerra Mundial, el pueblo alemán sigue enojado contra Hitler. Y desde que se anunció que habría una figura de cera de él, hubo debates interminables sobre si debería de ser hecho y en todo caso en qué posición, victoriosa, derrotado, humana o deforme. Políticos y grupos de judíos dieron su visto bueno después de algunas trabas.

Pero los ciudadanos no.

Fue el segundo visitante del museo el que decapitó a Hitler. ¡Ni 10 minutos duró! Y el tipo, un ex policía alemán, se echó de paso hasta a un guardia de seguridad. ¿Qué pasa? ¿por qué este odio a Hitler? ¿por qué esa forma de manifestarlo?

Ojo, no lo defiendo, pero ¿por qué no ha pasado algo similar al muñeco de cera de Londres que, incluso, tiene el puño levantado y no como el de Berlín que parecía derrotado? ¿por qué no le ha pasado nada al muñeco de cera de Hitler que está en un museo en Hamburgo, intacto desde hace decenas de años?

«Entre más nos alejamos del fin de la Guerra, parece que el nazismo y Hitler toman más fuerza», señala un historiador.

La decapitación del monito de cera no es aislada. Cuando salió la película Der Untergang (El Hundimiento o La Caída, no recuerdo como fue traducida al español), se criticó eternamente que por qué se humanizaba al personaje de Hitler. El dictador aparecía en escena con una notable enfermedad de Parkinson, triste, preocupado y hasta amoroso, como nunca antes se lo había mostrado. «Es un monstruo, no una persona», decían entonces los que estaban en contra de esa presentación.

Imagen de la película cómica Mein Führer, del judío Dani Levy

En estos días apareció un juego de cartas con las caras e información de varios dictadores del mundo, ¿y quién protesta?, no los rumanos por Ceausescu o los rusos por Stalin, ni los italianos, portugueses o españoles por Mussolini, Salazar o Franco, sino los alemanes por Hitler.

Es obvio que Hitler hizo mucho daño, y que todo el aparato nazista se recarga en su figura, pero ¿de verdad nunca se lo podrá ver ni como muñeco de cera? ¿habrá algún momento en que se pueda, en que se deba, banalizar y asimilar al punto de verlo como un dictador más? ¿odiarlo de esta forma no es darle al mismo tiempo, y contradictoriamente, una idolatría e importancia que no se merece?

El museo anunció que regresaría la figura de 200 mil euros a su lugar, una vez reparada (una cosida en el cuello tipo Frankenstein alivianaría las cosas), y más allá de que parezca una mera forma de hacer publicidad para un museo de cera, podría ser la continuación del debate sobre qué tan público puede ser Hitler.

La figura de cera en Madame Tussauds Berlín

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4 respuestas to “Y la cabeza rodó y rodó (al parecer).”

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Querido Yaotzin, a mi me parece muy positivo que la gente siga manifestando su rechazo a la banalizaciôn de la figura del Führer. Nadie ha hecho más daño ni encarna mejor que él la maldad; es normal que siga siendo blanco de ataques. Es la cabeza más visible (bueno, era) de la larga lista de enfermos genocidas en la historia de la humanidad. Hay odios que pueden ser saludables… Yo le picaría los ojos a una escultura de cera de Díaz Ordáz si la tuviera enfrente… Saludos.

Sin embargo, me parece curioso que en Berlín haya tanto debate y en Hamburgo ahí siga Hitler, sin pena ni gloria. ¿Qué se dice en los medios alemanes, Yaotzin, por qué esta diferencia? ¿Tú por qué crees que sea?

Más preguntas: ¿cómo que también se echó al guardia? ¿También lo decapitó? ¿Y qué le hicieron a este nuevo Jack el Destripador de Juguetes? ¿Qué pena le impusieron? ¿Cómo recibió la opinión pública su acción?

En algún lado leí algo así: “Pueblo que olvida su historia, esta condenado a repetirla,” yo espero que ni los alemanes ni ningún otro pueblo que ha pasado por esto olvide nunca, no con odio pero sí con miras a no repetirlo jamás, porque tristemente nuestro amigo Temoris nos ha dado ejemplos a lo lardo de sus viajes que existen otros lugares donde las masacres sin razón se suceden solo que siendo pueblos pobres sin petróleo o algo parecido se quedan impunes los crímenes.

Entiendo muy bien el hecho de manifestarse contra alguien que ha hecho daño. Es una actitud humana.

Cuando al Tussauds de Londres llegó la figura de Osama bin Laden, en el 2002, Hitler dejó de ser una de las más odiadas. Nunca lo decapitaron ni le hicieron nada más allá de tirarle unos tomates, según leí.

La figura de cera que está en Hamburgo no tiene ni un rasguño, pero ¿por qué? es una muy buena pregunta sin respuesta y fue el tema que tocaron muchos medios ¿por qué Berlín y no Hamburgo? Lo más acercado a una respuesta es porque Hitler ejerció el poder desde la capital alemana. Es simbólico cortarle la cabeza aquí.

Al, ex policía que lo hizo sólo lo arrestaron y lo dejaron en libertad. El cargo fue daños a propiedad ajena y lastimar a un guardia de seguridad (no lo decapitó, claro que no, eso habría sido la noticia), pero sí le dio un par de puñetazos cuando trataron de detenerlo).

Por lo del odio, creo que yo también miraría con disgusto a Díaz Ordaz e incluso al cabrón de Santa Anna.

El problema que yo veo en esto de la decapitación en el museo de Berlín es una actitud alemana. Aquí pasan algo muy raro, o se banaliza al punto de broma la figura de Hitler, como en caricaturas o películas, o se lo protege tanto que no se habla de él o no se lo puede ver en cierta posición (como en el museo de cera) o mostrando sus sentimientos (como en la película de El Hundimiento), y entonces no se puede hablar normalmente dle dictador.

Yo creo que los alemanes, sin querer, después de 60 años siguen siendo afectados por un sentimiento de culpa que ya no les corresponde, el sentimiento de culpa de ser como Hitler o del pueblo que él dirigió. Algo similar que sucede con los estadounidenses ahora con la imagen de Bush.

Una amiga alemana me visitó un par de años atrás en el DF. Se hizo de un novio mexicano y al conocer a su suegro, éste la saluda y lo primero que le dice, antes que hola o cómo estás, es «¿cómo está Hitler?» (para el señor era una broma).

Esa identificación actual tan banal con la figura del dictador lleva a este tipo de acciones tan poco racionales como decapitarlo en el museo de cera.

A mí me gustaría que ese muñeco se pueda ver de nuevo y que la gente, sobre todo las nuevas generaciones, puedan leer, entender y explicar lo que hizo este frustrado artista austriaco que fue votado conunanimidad en 1933 y que, sobre todo, puedan reconocer que una situación similar puede suceder en estos días en que el partido de extrema derecha gana votos con la misma propaganda que lo hizo el partido de Hitler.

Un policía alemán, amante de la política y analista de situaciones criminales me dijo hace un par de día: «tanta inestabilidad social en Alemania podrían acorralarnos a votar pronto por un líder como Hitler».

Y.


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